miércoles, 12 de noviembre de 2008

Tenemos tiempo...?

Hay días en que puedo ser la reencarnación del personaje de Corre Lola Corre... ese que anda de un lado para otro. 

Completamente
desbrujulada... estando sin estar (pues aun parada, mi mente anda por otra parte), escuchando sin escuchar (pues entender, toma tiempo...).

A veces me ha pasado, que me detengo y pregunto "qué hago aquí?" y después de algunas reflexiones entonces me contesto "es que no he tenido tiempo"...

No he tenido tiempo de platicar con mi pareja...
No he escuchado a mis hijos como quisiera...
No he tenido tiempo de contestar el mail de mi amiga...
No he tenido tiempo de llamar a mi mamá...
No he ido a arreglar mi coche...
No he analizado lo que sería necesario analizar...
No he leído...
No he escrito nada...

Siempre Tengo Prisa...

Y la verdad es que creo que una no tiene tanta prisa... sino lo que aveces tiene es mas bien miedo a detenerse. 
A cerrar un poco la puerta. 
A estar en silencio, sola. Una cita larga entre yo y yo. 
Y... si me descubro llena de culpas,  grietas del alma, locuritas, dudas, miedos?... 
En el fondo. Allí donde de verdad importa... de qué no quieres permitirte tener tiempo?

La prueba del laberinto, es un libro muy poético. Usa un simbolismo que es el modelo de toda existencia, y que a través de numerosas pruebas, avanza hacia su propio centro, hacia sí misma… la vida no está hecha de un sólo laberinto… he tenido varias veces la certeza de tocar el centro, tocándolo aprendí mucho. 
Me reconocí... Y después, de nuevo me perdí...

Esa es nuestra condición. Tocando el centro nos enriquecemos, la conciencia es más amplia y profunda, todo se vuelve claro y significativo, pero la vida continua: otro laberinto, otros encuentros, otro tipo de pruebas.

Quizá podría comenzar con una decisión: “Sí tengo tiempo”. 

Sí tengo la fuerza interior para no tener tanta prisa. Sí tengo tiempo para detenerme. Sí tengo tiempo para amar. Suave y despacito. Sí tengo tiempo para escuchar. Atenta. Minuciosamente. No de ladito. No con media oreja. No con desgana. Minuciosamente. Sí tengo tiempo para pedir que me escuchen. Sí tengo tiempo para estar y para compartir. Sí tengo tiempo para comerme el mundo. Para sanar lo que haga falta. Y para llorar como fuente, lo que tenga que llorar como fuente... es más, como una esclusa a la que le abren las compuertas...

Sí tengo tiempo para intentar ser menos cobarde. Y para aprender un poco más de los otros y de mí. 
Para leer muchos libros. 
Para ver muchas películas... y ciudades (desde la webcam de mi iphone!).
Sí tengo tiempo para recorrer los laberintos, y quizá encontrar el centro. Una y otra vez. Sí tengo tiempo...
Así, a como vale la pena mirar. Sí tengo tiempo para todo, lo demás ... es lo que invento...

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